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sábado, 25 de enero de 2025

¿Por qué “El regalo prometido" es una de las películas favoritas en la época navideña?

 

¿Por qué El regalo prometido es una de las películas favoritas en la época navideña?

José Luis Bautista Vallejos

En la temporada de fin de año, la población occidental tiene un repertorio de films que goza de su predilección. Sin duda, una de las películas favoritas en esta época navideña es El regalo prometido (Jingle All the Way, 1996, dirigida por Brian Levant). Esta película ha sido del agrado del público, a lo largo de varias generaciones, debido a que es una exaltación a la figura del padre.

Efectivamente, Jingle All the Way es una película circunscrita al mundo occidental, donde los roles de género están plenamente definidos. A raíz de ello, dentro de una familia, la madre es quien suele llevarse el mayor crédito, casi como una institución dentro del núcleo familiar que es pilar en una sociedad y, por ende, de un Estado. Eso explica por qué tanto el día de la madre como el día de la mujer son celebrados con ahínco, emoción y hasta devoción. La figura del padre, sin embargo, queda muy depauperada, puesto que solo se le considera como un proveedor de bienes materiales en el hogar; inclusive, se le ve como un ser egoísta que no desarrolla la parte afectiva en la familia. Esta película, por el contrario, reivindica el preponderante rol, tanto material como emocional, que desempeña el padre en Occidente. En efecto, esta película nos plantea que, en realidad, él se constituye en el centro de la familia como cabeza de hogar, sostén económico y líder preocupado por las necesidades materiales y emocionales de los suyos. Esto lo podemos ver nítidamente en dos ámbitos que desarrolla el film: primero, se hace una comparación del protagonista, Howard Langston, con otros personajes; segundo, se contempla el recorrido que sigue Howard para convertirse en héroe desde el plano del hombre común.  

En la primera dimensión, primero se compara a Howard con el vecino, Ted Maltin. Ahí vemos a un hombre trabajador como Howard, quien respeta a su familia, y al vecino, quien está divorciado y es promiscuo al extremo de querer estar como “gallo” con todas las “gallinas” del vecindario. Luego, se compara a Howard con Turbo Man, esta tarea es hecha por el hijo de Howard (Jamie) y sostenida hasta que su padre se convierte en el mismo héroe. Posteriormente, se compara a Howard con la madre, Liz Langston. Si bien es cierto que  ella sí cumple con el rol afectivo de cuidar emocionalmente al hijo, entonces, ¿por qué permite que el vecino suba al techo de su casa, se introduzca en la cocina,   manosee la estrella de árbol, toque sus galletas y hasta su cintura? De hecho, ella solo se redime triunfalmente en el momento en que golpea a Ted con un termo. Continúa la comparación entre Howard y Myron Larabee, el cartero: Myron es alguien que no terminó una carrera universitaria y que trabaja como cartero únicamente para sobrevivir, no le gusta su empleo ni cómo es tratado en él, está inconforme con su esposa -a quien acusa de adulterio- y solo busca el juguete (Turbo Man) por obligación. En todos los casos, Howard sale victorioso.

La segunda dimensión corresponde al desarrollo del personaje, quien pasa de ser un padre de familia a constituirse en un héroe. Primero, el camino  de Howard para convertirse en héroe comienza con la anulación de todas las posibilidades de la autoridad policial. Por eso, no es casual que en cuatro ocasiones, accidentalmente, se enfrente al mismo representante de la policía, el oficial Hummell. Segundo, él se hace pasar por detective para salir airoso de la situación en que se encontraba en un operativo policial. Tercero, él se convierte en el centro de atracción del desfile y llega a ser un héroe en todo el sentido de la regla, puesto que derrota al malvado (Dementor, interpretado fortuitamente por Larabee) y rescata al niño-víctima (su propio hijo). 

En suma, Jingle All the Way es una apología del papel del padre en la sociedad, a su relevancia como proveedor material y emocional de su familia, rol por el que él debe “abandonar” temporalmente a su familia para ir “de caza" en su afán de sustentarla. En una sociedad aparentemente patriarcal, pero marcadamente matriarcal respecto a la validación intrafamiliar, ¿acaso nadie le haría justicia al hombre-padre? Ahí aparece esta película, pues en ella la figura del padre queda fortalecida y, por ello, toda la familia disfruta cómo se reivindica la representación del padre, quien es redimido en la pantalla grande.  La película muestra la reconciliación de la familia de Howard con él,  y de la sociedad entera con él, quien es un hombre común y un “buen ciudadano” -como irónicamente señala el oficial al inicio de la película-. Y nosotros, cuando terminamos de ver la película, también nos reconciliamos con nuestros padres y, a través de ellos, con todos los hombres de nuestra sociedad que, con su trabajo y esfuerzo, ayudan a garantizar que pasemos una víspera de navidad feliz, así como todos los días del año. 

Que Dios bendiga sus vidas en abundancia.

 

El autor es Magíster en Literatura (Universidad Mayor de San Andrés, Bolivia) y Magíster en Políticas de Formación Docente (Universidad Pedagógica de Bolivia).